Posada

- Tampoco te me ruborices. - Digo dándome la vuelta.
- ¿Quieres?. - Digo alzando el brazo hacia atrás con una chocolatina agarrada.

Le miré confundida.
-¿Qué pintas aquí?-dije igual de nerviosa o más que antes.
-He dicho que te vayas.

Dejo caer la chocolatina y empiezo a caminar hacia la puerta.
- Que te ayude a expulsar los nanobots otro. -

Bufo al escuchar el grito. Cojo la sabana y me limpio la cara, e intento tambien quitar limpiar un poco la ropa, no tenia otra...

En ese momento me acorde de que había cerrado con llave.
-Espera, no te gires.- dije cogiendo algo de ropa.
Me vestí lo más rapido que pude.

-¿eh?- Digo quedándome quieto.

-Ya puedes girarte.-susurré.
Tiré la ropa mojada a un lado, cogí la chocolatina para dejarla en la cama y le miré algo compunjida.
-Has dicho algo sobre expulsar los nanobots.

- Vas a vomitarlos, quema y escuece. Desagradable. - Digo haciendo el gesto como si me metiera dos dedos en la boca y vomitara.

Alcé una ceja extrañada, nunca había oido eso, no me había pasado nunca...

Me acerco una silla, me siento y enciendo un cigarrillo.
- Te va a doler. - Susurro echando el humo.

Suspiré y apoyé los codos en las rodillas. Pero que remedio...y encima si dolía mucho...

- ¿Preparada? - Digo apagando el cigarro y acercándome a ella.

Asiento convencida. No fue al instante pero tras un corto perdiodo de tiempo empecé a encontrarme un poco mal. Tosí un ar de veces y luego apyé las manos en el suelo mientras empezaba a vomitar. Era muy desagradable.
Parece que paró. Volví a toser un par de veces y me quedé un segundo quieta.

Le doy una patada en el estomago a la joven que cae de costado.
- Vomita. - Digo volviendo a arremeter contra ella.

No me dio tiempo a quejarme, enseguida empecé expulsar más de esos nanobots. Creia que ya había terminado pero no me movi aun.

Me siento junto a la joven mientras desenvuelvo una chocolatina.
- No ha sido tan horrible después de todo. -

-Duele.-dije levantandome. Fui con prisas al baño para ver si algo de agua me aliviaba. Me ardía la garganta. Después volvi a la habitación y me tiré en la cama, cansada.
-¿Te ha pasado alguna vez?-le pregunté mientras me llevaba las manos a la cabeza.

- Cientos de veces. ¿Como crees que sigo vivo? - Le digo mordiendo la chocolatina.

Suspiré de nuevo. Cogí la chocolatina que antes me había traido y la empecé a desenvolver.
-Gracias.- hice una pausa.- perdon por lo de antes.

- No hay nada que perdonar. - Susurro mientras muerdo la chocolatina y miro al techo.

La verdad es que se estaba portando bien conmigo. Pegué un pequeño mordisco a la chocolatina y empecé a mirar la muñeca en la que se había enganchado el yo-yo, aun se notaba la marca.

Saco el reloj y lo aguanto en el aire cogido por una fina cadena.
- Donde estas... - Susurro casi para mi mismo.

Seguramente no era de mi interés pero muchas veces lo veo mirando ese reloj algo melancolico...
-¿Quien era el dueño de ese reloj? ¿Era muy especial para ti?-pregunté curiosa.

- Fue el que me enseño a luchar. Mi maestro. - Digo sin apartar la vista del reloj.
- Ahora esta muerto. -

Tal vez empeoré las cosas al preguntar...
-Lo siento.-dije pegando otro mordisco a la chocolatina.