Posada

Me apresuré a salir viendo que aquellos dos no tenian miedo al parecer, esas bestias no eran tan fáciles de vencer. Aun seguía lloviendo y vi como la sangre de los cuerpos rozaba mis pies descalzos.
Me centré en como podriamos vencer aquellas criaturas, con una pistola, una espada y un yo-yo.
Muchas esperanzas no tenia...

Estaba cegado por la furia, me prepare y empece a correr.
- ¡Ven aquí hijo de perra! - Grito cuando me acerco a el.
Su oz se clava en el piso un segundo antes de que yo saltara cayendo delante de el y haciéndole un corte en el costado.
Siguió con otro ataque que me obligo a retroceder.
Me quede mirándolo y nuestras miradas se cruzaron durante un segundo.

Uno de ellos estaba atacando a laurence y el otro estaba distraido aunque pronto se giró y lo primero que vio fue a mi. Yo me paralicé un momento de ver al Hidralisk acercarse hacia donde estaba. Pero pronto reaccioné y comencé a dispararle a la cabeza...
Aunque por muchos balazos que recibía parecía no afectarle. La criatura quiso alcanzarme con sus fuertes mandíbulas pero conseguí de un salto hecharme a un lado, yo seguía disparando sin parar.

- Vas a desear no haber nacido. - Susurro antes de correr hacia el.
Esquivo su oz y salto sobre ella para coger impulso para el próximo salto que me esperaba.
Salto y veo como abre la boca para intentar engullirme. Caigo pesadamente sobre su cabeza clavando la espada.
El Hidralisk empezó a gritar de dolor y e intentar sacudirse de encima a su atacante.
Caigo al suelo y ruedo evitando un ataque tras otro.

Tenía que recargar y aquel bicho no hacía más que atacar una vez tras otra. Fui tan torpe de tropezar con uno de los cadaveres y el Hidralisk me alcanzó con su oz. Me hizo un profundo corte en la pierna y solté un pequeño gemido muy dolorida. Estaba perdiendo mucha sangre, no tenia recarga. Tiré a un lado el arma y conseguí sacar unos metros de distancia aunque no sabia que iba a hacer ahora...

El Hidralisk cayo rendido por las heridas, pero no muerto.
- Ahora tu. - Digo mientras empiezo a correr hasta el siguiente.
- ¡Ven aqui! - Grito. Este se gira hacia mi pero yo ya estaba lo suficiente cerca como para hacerle un profundo corte en el estomago.
- Te toca. - Digo colocándome entre la joven y el Hidralisk

Menos mal que vino laurence sino ya estaba muerta. Retrocedi un par de metros mas mientras intentaba parar la hemorragia, aunque sin buenos resultados.

La oz se clava en el suelo, agarro mi espada con las dos manos y la levanto como si fuera un hacha.
Baje la espada con todas mis fuerzas y oí como la carne se cortaba y el hidralisk producía un gruñido de dolor.
El hidralisk retrocedió con una de sus extremidades cercenadas.
- Vamos. -

Veo como su mandíbula se acerca peligrosamente. Pulso un boton y el yo-yo empieza a desprender electricida. Meto el yo-yo en la boca del bicho y este se comulsiona por la electricidad. Momentos mas tarde me lanza una de sus "ozes".

Estaba perdiendo la fuerza en las manos y como el corte era bastante profundo no dejaba de salir sangre y no podía hacer ni un torniquete...
Poco a poco me fui desvaneciendo sin poder evitarlo.

Veo que el otro beclonius atacaba el Hydralisk.
- Todo tuyo. - Digo envainando mi espada.
Me doy la vuelta y me dirijo hacia Binkan, me arrodillo junto a ella y con una mano le apretó en muslo por arriba de la herida con fuerza.
- ¿Sabes lo que es? - Digo girando entre mis dedos una jeringuilla con un liquido azul.
- Te ayudara. - Digo inyectandosela por debajo de la herida.
- No te muevas. - Digo sin dejar de apretarle por encima de la herida.

Salto en su oz y despues en la cabeza, una vez le he pasdo caigo en el skate. Pulso otro de los botones y la electricidad es sustituida por aspas.
Lanzo el yo-yo y este empieza a cortar la espalda del bicho. Una vez hay suficientes cortes, la sangre empieza a saltar, llenandome la cara y manchadome las ropas. Al poco cae muerto. Entro en lo que queda de la posada. Me ralamo la sangre que tengo en la boca y me siento encima de uno de los cadaveres.

Parpadeé un segundo, no me encontraba muy bien pero al menos ya no estaba incosciente. Vi que laurence estaba al lado de mi pero no se me iba de la cabeza, lo mucho que me dolia la pierna.

Miro las escaleras, oigo el maullido del gato de antes. Subo de dos en dos las escaleras y lo veo salir de la habitación en la que monmentos antes habia estado tumbado. Veo como viene hacia a mi y se me empina en una pierna incandome las uñas en el pantalon.
Me agacho y lo cojo.

Suelto a la joven y me levanto. Enciendo un cigarrillo y echo el humo mientras veo al Hydralisk herido agonizando.

Fruncí el ceño dolorida, notaba como los nanobots iban regenerando. Me incorporé apoyandome en los codos y vi la herida, me mareé un poco.

Cojo al gato y lo bajo en brazos. Cuando llegamos abajo veo que se da una vuelta y se acomoda en la cara de Binkan. Miro donde antes estaba la barra y rebusco en ella alguna botella con algo de alcohol.

OFF// ¬¬

Cogí de la cola al gato y lo mande unos metro más allá. La herida estaba cicatrizando.

Veo un gato pasar por el aire y me atraganto con el humo del cigarro.

—¡Eh! —protesto cuando veo que el gato viene corriendo y se me engancha a la espalda, suspiro. Por fin veo una botella medio llena. Le doy un trago. Me acerco a Binkan y le hecho un poco en la herida.

—Te ira bien... desinfecta... —digo quiandome el gato de la espalda.

Mi cara se tornó en una mueca de dolor. No sabía ni que hacer.
-Escuece!!!-grité.

- La cuestión es quejarse. - Susurro fundandome en la pared de la posada con el cigarrillo en la boca.

—Se me olvido decirtelo... —digo acariciando el gato. Le doy un trago a la botella, que al estar casi vacia se acaba en nada.
—Tsk... —tiro la botella contra la pared.

Aunque torpemente, me levanté sin hacerle ningún caso. Caminaba con la pierna algo rigida así que tardé hasta llegar a coger la pistola. Me llevé una alegría al descubrir que aun quedaba una bala. No se me había olvidado el dolor pero aquel beclonius me había mosqueado un pelin...
Muy seria me giré hacia el y aunque estaba a una larga distancia le apunte con la desert.

Apreté el gatillo con precisión y la bala alcanzó justo donde yo quería.
Tras un pequeño periodo de tiempo el parche de ginji se soltó hasta caer al suelo. Esbocé media sonrisa.

Oigo un disparo y empiezo a caminar hacia la puerta de la posada con poca prisa.